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PREAL Blog

La necesidad de construir un ecosistema para escalar el uso de las tecnologías educativas en América


El uso de tecnologías educativas tiene el potencial de mejorar la experiencia de enseñanza y aprendizaje dentro y fuera del salón de clase. Cada vez observamos más innovaciones educativas con tecnológica exitosas alrededor del mundo. Sea dando acceso a niños y jóvenes que han sido tradicionalmente excluidos de los sistemas educativos, sea mejorando el compromiso y desempeño a través de técnicas de aprendizaje y enseñanza más personalizadas, hay pocas dudas sobre el creciente y fundamental rol que la tecnología puede jugar en mejorar la enseñanza y el aprendizaje.

Pero, ¿tenemos las condiciones para permitir una transformación educativa a gran escala? Y, aún más importante, ¿llegará la tecnología a todos los estudiantes y salones de clases de forma equitativa?

Preocupados por las lentas y graduales mejoras en los resultados educativos en Latinoamérica—y por una aparente falta de soluciones escalarles y equitativas a estos retos—a inicios de este año El Diálogo Interamericano lanzó un Grupo de Trabajo para analizar la innovación y la tecnología en educación. Conscientes de que la tecnología puede ser una herramienta efectiva tanto para exacerbar las desigualdades educativas como para reducirlas, uno de los principales objetivos del Grupo de Trabajo es analizar las buenas prácticas en su uso y explorar el tipo de condiciones que permitan asegurar que la tecnología sea empleada apropiadamente y con responsabilidad para logran un mayor impacto en toda la población.

Como parte de este esfuerzo, recientemente conversamos con doce emprendimientos educativos para entender mejor qué oportunidades y obstáculos están experimentando. La Fundación Varkey nos ayudó a identificarlos: siete de ellos que fueron finalistas en el EDTech Next Billion Prize en el Foro Global de Educación y Habilidades 2019 en Dubái, y otros cinco también aplicaron. Los emprendimientos (ver lista abajo) son aun relativamente pequeños y, con solo una excepción, fueron creados en los últimos cinco años. Sin embargo, éstos operan en varios países de Latinoamérica, desde México hasta Chile, y tienen diferentes modelos de negocios – empresa a empresa, empresa a consumidor, empresa a gobiernos, o una combinación de uno o más de estos modelos.

Aunque sería injusto afirmar que este grupo es representativo de emprendimientos educativos con tecnología en la región, observamos oportunidades y retos comunes que podrían ser generalizados. Esto, debido a su consistencia, indistinto de su localización geográfica o su modelo de negocios. Estos elementos comunes indican que hay ciertas realidades que deberían cambiar para permitir más innovación a través de la tecnología, que pueda llegar a tener impacto y ser equitativa.

OPORTUNIDADES Y RETOS PARA LAS TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

En términos de oportunidades, la mayoría del grupo estuvo de acuerdo en que América Latina (y los mercados en desarrollo en general) es un mercado joven con poca competencia. Abundan los clientes potenciales, desde personas que desean mejorar sus habilidades, aprender inglés o que requieren experiencias de aprendizaje que se ajusten a sus necesidades y horarios, a escuelas, empresas o gobiernos que están experimentando una transformación digital y requieren acceso a productos digitales que puedan alcanzar rápida y eficientemente a los estudiantes o trabajadores para mejorar sus rendimientos.

El desafío más mencionado por los emprendedores fue el acceso a financiamiento, que encabeza la lista para todos en el grupo. Estas organizaciones tienen pocas opciones de financiamiento, y el acceso al capital es muy limitado, con solo un pequeño número de inversionistas y capital filantrópico interesado en tecnologías educativas. Los fondos provenientes de gobiernos o de fundaciones también son escasos. Además, el acceso al capital en etapas iniciales a menudo está vinculado al impacto, lo que para pequeñas compañías es un requisito inalcanzable dado que las evaluaciones rigurosas requieren escalas, habilidades técnicas profundas y son bastante costosas de realizar.

Otro desafío frecuente es la dificultad de encontrar talento calificado, es decir, personas con el nivel adecuado de habilidades técnicas, y también, a menudo, habilidades del idioma inglés. La mayoría estuvo de acuerdo en que los trabajadores técnicamente calificados son escasos y altamente demandados.

Algunos emprendimientos del grupo trabajan directamente con escuelas o estudiantes y han observado que la implementación y el impacto a gran escala solo pueden ocurrir al asociarse con el sistema de educación pública.

Desafortunadamente, estos esfuerzos se ven obstaculizados porque, tal y como ellos lo perciben, los gobiernos nacionales y estatales no tienen una visión clara para usar la tecnología como una herramienta para la innovación en la educación. De hecho, varios miembros del grupo focal expresaron su frustración por el hecho de que algunos funcionarios del gobierno ni siquiera ven la necesidad de tecnologías educativas en el aula. Todo esto tiene repercusiones y consecuencias a escala: falta de regulaciones y directrices de políticas claras, dificultades para crear asociaciones público-privadas de largo plazo, y ciclos de venta muy lentos, entre otros.

El proceso de ventas también es un difícil desafío para muchas compañías, ya que buscan aumentar los ingresos a un nivel en el que puedan ser financieramente sustentables. La mayoría estuvo de acuerdo en que existe una falta general de conciencia sobre los beneficios de las habilidades digitales, ya sea dentro o fuera del aula. Esto conduce a mercados y oportunidades limitadas para que los clientes accedan a la información y las evaluaciones sobre compañías y productos digitales. Además, las personas a cargo de las compras, particularmente en el gobierno, a menudo carecen de los conocimientos necesarios para entender estos productos y negociar contratos. Dados estos vacíos y cuellos de botella, no es sorprendente que muchas compañías también encuentren que los maestros, los alumnos y los administradores a menudo tengan una capacidad limitada para usar la tecnología de manera apropiada y en formas innovadoras para aumentar el aprendizaje.

LA IMPORTANCIA DEL ECOSISTEMA

Estos hallazgos se alinean con un informe recientemente publicado llamado Scaling Access and Impact: Realizing the Power of EdTech. El informe, encargado por Omidyar Network, explora las condiciones necesarias que deberían existir para que la tecnología educativa pueda tener un rol eficiente, equitativo y a escala, y desarrolla un esquema para definir y analizar el ecosistema.

¿Por qué un ecosistema? Porque al pensar en el sistema educativo en sentido amplio, los actores involucrados dejan de tratar de resolver problemas aislados o relevantes para individuos. En su lugar, comienzan a abordar las condiciones subyacentes y los elementos necesarios para que el uso de las tecnologías educativas pueda ser de provecho para todos los actores.

El esquema del ecosistema de Omidyar tiene cuatro categorías:

  1. Suministro y Negocios de Tecnologías Educativas, que se refieren a la necesidad de contar con opciones de financiamiento y modelos de negocios viables.

  2. Política educativa y estrategia, que manifiesta la importancia de tener una visión clara y una estrategia para las tecnologías educativas desde el nivel más alto del sistema educativo, además de políticas y regulaciones que alineadas al respecto.

  3. Capacidad humana, que reconoce que la tecnología por sí sola no puede resolver los problemas en educación y que el desarrollo de capacidades entre las partes interesadas es fundamental.

  4. Habilitación de infraestructura, que se refiere a la necesidad de acceso físico y conexión de dispositivos y servicios.

Cada categoría tiene cuatro subcategorías y proporciona una puntuación para cada una de ellas (ver las páginas 10 y 11 del informe). El esquema se aplicó en los Estados Unidos., China, Indonesia y Chile y ofrece una comparación interesante entre los países y presenta un análisis de sus fortalezas y áreas de crecimiento, fácil de usar y muy útil para investigadores, funcionarios públicos, y empresas.

En el grupo focal quedó claro que los desafíos discutidos por los líderes de las iniciativas encajan dentro de las primeras tres categorías del ecosistema. Escuchamos que las opciones de financiamiento eran un tema crítico principalmente debido a su ausencia.

La falta de una estrategia gubernamental clara en torno a las tecnologías educativas está detrás de las dificultades para negociar contratos gubernamentales y de la incapacidad de escalar accediendo al sistema de educación pública. Y, por último, la capacidad de comprender y utilizar la tecnología, a nivel institucional e individual, actualmente dificulta el progreso para expandir las soluciones basadas en la tecnología en la educación.

(Curiosamente, no escuchamos que la infraestructura era un problema, pero esto puede ser producto de que nuestra investigación no fue exhaustiva. En segundo lugar, este desafío podría hacerse evidente a medida que las compañías escalen y comiencen a trabajar con el sistema de educación pública en general).

CONCLUSIÓN

Sabemos que hay un gran potencial para mejorar el aprendizaje utilizando la tecnología. También, creemos que hay muchas oportunidades para que innovadores y emprendedores sociales se involucren y creen soluciones que puedan escalar de manera sostenible. Sin embargo, es poco probable que esto ocurra hasta que estén en su lugar ciertas condiciones que permitan que este crecimiento sea posible. Tal como lo muestra nuestro grupo focal, falta todavía trabajo en la región para llegar a eso.

Nuestra hipótesis es que desarrollando un ecosistema robusto para escalar el uso de tecnologías educativas podría generar grandes beneficios en el aprendizaje y enseñanza con repercusiones positivas para todos los actores involucrados. Por ejemplo, crear un entorno donde las iniciativas puedan obtener el apoyo y el capital necesario para crecer y probar su modelo de negocio y productos en las fases iniciales, facilitaría los mecanismos de retroalimentación necesarios además de una rápida adaptación para satisfacer las demandas del mercado.

Del mismo modo, si los consumidores pudieran entender y comparar lo que se les ofrece y tener acceso a capacitaciones, podrían tomar decisiones más informadas sobre la elección de productos que mejor se adapten a sus necesidades de aprendizaje. Si el gobierno tiene una visión clara del uso de tecnologías educativas y cómo alcanzarlas, esto serviría como una guía para otros actores que desean innovar e implementar cambios que beneficien a los estudiantes de manera equitativa.

Crear este ecosistema requerirá dos cosas. En primer lugar, crear o adoptar un esquema (como el desarrollado por Omidyar) para comprender los factores claves del ecosistema y cómo funcionan juntos. Esto daría una imagen clara del estado de las cosas y permitiría identificar los principales obstáculos para poder avanzar. El poder de dicho esquema, al igual que otros marcos conceptuales, es que puede aplicarse en todos los países y contextos para hacer distinciones, formular ideas y priorizar acciones.

En segundo lugar, será fundamental promover un diálogo activo entre los actores claves para desarrollar y coordinar acciones para mejorar dicho ecosistema. Dado que el propósito del esquema es identificar las relaciones y conexiones entre actores e instituciones dentro del ecosistema de tecnologías educativas, la creación de intercambios orgánicos y significativos entre los actores es un paso importante hacia la mejora del entorno operativo para todos.

Esperamos ser parte de esos esfuerzos con el Grupo de Trabajo y continuaremos involucrando a los principales actores interesados en la región para que esto suceda.

Algunas de las opiniones expresadas en este artículo pueden ser las de un autor invitado y no necesariamente de Analytikus. Fuente: https://www.thedialogue.org/blogs/2019/06/la-necesidad-de-construir-un-ecosistema-para-escalar-el-uso-de-las-tecnologias-educativas-en-america-latina/

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