Un tercio de la población mundial pertenece a la denominada generación Millennial. Actualmente este sector de la población protagoniza la fuerza laboral. Los cambios acelerados y el dinamismo del mundo laboral que enfrentamos implica, entre otras cosas, la generación de empleos altamente demandados que no existían hace apenas diez años. De igual forma, gran parte de los estudiantes que cursan hoy en día su educación básica, en el futuro ocuparán empleos que aún no existen.
Un claro ejemplo de empleos emergentes, es el denominado gestor de comunidad en medios sociales o community manager por su nombre en inglés. Este perfil profesional, surgió ante el auge de las redes sociales y la necesidad de crear estrategias de comunicación digital entre la empresa y sus clientes. Un gestor de comunidad digital no sólo es el responsable de la creación de contenidos, sino también de analizar la interacción con los usuarios en redes sociales, establecer estrategias de comunicación y definir planes de marketing digital. Hoy en día, esta figura es prácticamente imprescindible en el área de publicidad de cualquier empresa.
“Los docentes tenemos el reto de formar ciudadanos responsables del mundo digital y global, cuyo dinamismo se vuelve cada vez más complejo”
Este hecho plantea un enorme reto para quienes hoy tienen la responsabilidad de preparar a los profesionales que harán frente a las demandas y necesidades de un mercado laboral incierto. Por ello, comprender las características de la denominada población Millennial y las subsecuentes, como la generación Z o Centennial, se torna fundamental; ya que son sus preferencias las que definen muchas de las normas socioculturales, así como también la forma en la que creamos, accedemos y compartimos la información.
Iniciativas como El Proyecto Impacto Millennial (ACHIEVE, 2017) y sus contribuciones a través de estudios longitudinales, han sido referente para diversas publicaciones, entre ellas Forbes, TIME, Fast Company, The Chronicle of Philanthropy, Wall Street Journal y The New York Times. Los resultados de estos estudios, han dado orientaciones sobre las motivaciones de las generaciones que participan, dirigen y definen el rumbo actual y futuro de las empresas y organizaciones.
Los llamados Millennials, más que cualquier otra generación, muestran un claro interés en las causas sociales que impactan a las minorías o grupos subrepresentados, se muestran motivados por causas que promueven la equidad, inclusión e igualdad de oportunidades. De hecho, los Millennials son más susceptibles a sentirse identificados con empresas declaradas como socialmente responsables, pues apoyan compañías que prioricen tener un impacto en el mundo a través de sus productos y servicios, y que se declaren a favor de iniciativas pro sociales (Peretz, 2017).
“Los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos quienes no sean capaces de aprender, desaprender y reaprender ”
— Alvin Toffler
Otra de las mayores lecciones aprendidas sobre los estudios enfocados a las generaciones impactadas por la llamada Industria 4.0, tiene que ver con la transformación de ser consumidores de información a ser creadores de contenido, preferentemente en medios digitales. Dicha evolución no trata solo del acceso a la información o su publicación en redes sociales, sino sobre la facilidad para crear y compartir contenido a la distancia de un par de clics. Estos hechos han acaparado discusiones en los principales foros internacionales, de los cuales la arena del sector educativo, enfrenta importantes retos.
El aprendizaje va mucho más allá del acceso a la información. En el contexto del siglo XXI, el aprendizaje implica una combinación de conocimientos y habilidades que continúan a lo largo de la vida (Oblinger, 2010). En este sentido, la inversión en el aprendizaje continuo, o a lo largo de la vida, se vuelve más relevante y necesario.
Alvin Toffler, dice que los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos quienes no sean capaces de aprender, desaprender y reaprender.
“Aprender a aprender, se constituye como la mejor apuesta ante el cambio rápido y constante”
Entonces, si hoy hablamos de la relevancia de empleos de reciente creación y anticipamos la demanda de empleos que aún no han sido creados, ¿cómo preparar profesionales ante esta incertidumbre? Aunque en este momento, no fuese posible determinar con certeza cómo serán los empleos del futuro, lo que sí puede preverse es que será necesario desarrollar un conjunto de competencias y enfoques de formación profesional para hacerles frente.
Entre las habilidades esenciales para enfrentar con éxito las demandas de la llamada Cuarta Revolución Industrial, se encuentran: el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación efectiva, la inteligencia emocional, las habilidades sociales y el conocimiento interdisciplinar (Torkington, 2016).
Si bien es cierto que estas habilidades están en función del contexto histórico, de las necesidades sociales y de las características generacionales, el aprender a aprender se constituye como la mejor apuesta ante el cambio rápido y constante.
En síntesis, el reto para los educadores implica la formación integral de profesionales con conocimientos disciplinares sólidos en conjunto con habilidades transversales que les posibiliten ser ciudadanos responsables del mundo digital, global y cada vez más complejo. Una formación orientada al desarrollo de proyectos multidisciplinarios, socialmente responsables e innovadores, ofrece mayores oportunidades de éxito para sus egresados.
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